Jueves Santo en Granada: Devoción y recogimiento en las cinco cofradías que procesionaron por la ciudad
Reportaje Ramón Martín
Granada vivió el Jueves Santo una jornada de profunda emoción y fervor cofrade, marcada por el paso solemne de cinco hermandades que recorrieron las calles de la ciudad entre el respeto del silencio y la devoción del pueblo.
La jornada comenzó con la salida de la Hermandad de la Concha, que partió desde el Monasterio de la Concepción con su característico andar elegante y acompasado. El paso del Cristo del Amor y la Virgen de la Concepción Dolorosa fue seguido por una multitud que aguardaba en las inmediaciones del Albaicín, en un clima de oración y recogimiento.
Desde la Iglesia de María Auxiliadora, la Hermandad de los Salesianos emprendió su estación de penitencia con la imagen de Jesús en su Prendimiento y la Virgen de la Salud. La juventud de sus costaleros y la disciplina de sus filas marcaron el tono de una procesión llena de solemnidad y respeto, que recorrió con paso firme los barrios del Zaidín y del centro histórico.
En el corazón del Albaicín, la Cofradía de la Aurora salió desde la Iglesia de San Miguel Bajo, regalando una estampa única con su Virgen de la Aurora iluminando las calles empedradas a su paso. La belleza del enclave, sumada al recogimiento de la comitiva, convirtió este cortejo en uno de los momentos más sobrecogedores de la noche.
También desde las alturas del Albaicín, la Hermandad de la Estrella partió de la Iglesia de San Cristóbal con la fuerza característica de su paso de misterio y la dulzura de su Virgen de la Estrella. La bajada por las calles estrechas del barrio resultó especialmente emotiva, con los nazarenos abriéndose paso entre el incienso y el silencio expectante del público.
La noche se cerró con la austeridad de la Hermandad del Silencio, que inició su recorrido desde la Iglesia de San Pedro y San Pablo. El cortejo, marcado por el negro riguroso y el absoluto silencio, recorrió las calles del centro en una manifestación de fe contenida y sobrecogedora. El paso del Cristo de la Misericordia, sin acompañamiento musical, provocó un profundo impacto entre los asistentes.
Granada volvió a vivir un Jueves Santo cargado de simbolismo, devoción y belleza, en el que las cinco cofradías ofrecieron un testimonio vivo de fe y tradición.