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Motril se rinde a la emoción del Domingo de Ramos con la icónica procesión de La Borriquita

Reportaje Paulino Martínez Moré

Motril@Digital.- Las calles de Motril se llenaron de emoción y fervor con la salida procesional de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su Triunfal Entrada en Jerusalén y Nuestra Señora del Rosario, conocida cariñosamente como La Borriquita. Fundada en 1989, esta cofradía fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a la Semana Santa motrileña con un desfile cargado de simbolismo, colorido y devoción.

La procesión partió desde la Iglesia Mayor Parroquial de la Encarnación pasadas las cinco de la tarde, arropada por una multitud de fieles, turistas y curiosos que no quisieron perderse este tradicional y esperado momento. Las imágenes titulares, ambas obras del reconocido imaginero Antonio J. Martínez Rodríguez, avanzaron majestuosas por el casco histórico, mientras los rayos del sol realzaban los detalles de los tronos.

Un total de 620 nazarenos aportaron solemnidad al cortejo con sus túnicas blancas, capillos azules y cíngulos a juego, luciendo con orgullo la capa blanca decorada con el escudo dominico de la hermandad. Delante del cortejo, un nutrido grupo de niños y niñas vestidos de hebreos representaron el júbilo popular que rodeó la entrada de Jesús en Jerusalén, reforzando así el carácter alegre y familiar de esta procesión.

Los tronos fueron llevados con entrega y precisión por 40 costaleros en el paso de Jesús y 35 en el de la Virgen, bajo la dirección de los capataces Francis Pérez y Carlos González, respectivamente. Su trabajo fue impecable, acompasado por las marchas de la Agrupación Musical El Carpio de Córdoba y la Banda de Música Huécija Alicún de Almería, que pusieron el alma sonora al recorrido.

Como gran novedad de esta edición, destacaron los cuatro nuevos candelabros del paso del Misterio, diseñados y tallados con maestría por el artesano sevillano Francisco Verdugo. Su obra fue muy aplaudida por cofrades y público general, sumando un nuevo elemento artístico al patrimonio procesional de la hermandad.

Con un cielo de nubes y claros y una temperatura agradable, Motril vibró con este primer gran desfile de su Semana Santa. La ciudad se transformó en un escenario vivo de fe, tradición y cultura, donde lo religioso y lo popular se fundieron en una jornada que quedó grabada en la memoria colectiva de todos los presentes.