Motril concluye el Voto de la Ciudad con una solemne procesión en honor a la Virgen de la Cabeza y Nuestro Padre Jesús Nazareno
Motril ha conmemorado hoy el tradicional Voto de la Ciudad, una significativa celebración religiosa que rememora, desde un profundo sentido litúrgico, los devastadores terremotos que asolaron la localidad en los siglo XIX, en particular los ocurridos en 1804 y 1884. Esta festividad, que tiene su origen en el voto de agradecimiento por la protección divina ante estos trágicos eventos sísmicos, ha sido celebrada con solemnidad y devoción, destacando la importancia de la fe en la historia de Motril.
Los actos comenzaron el pasado 7 de enero con el traslado de la venerada imagen de la Virgen de la Cabeza Coronada desde su santuario hasta la Iglesia de la Encarnación, lugar donde, como es tradición, se ha celebrado un quinario en honor a la Virgen, en el que se ha rendido culto y oración. Durante este tiempo, la imagen ha estado acompañada por la presencia del copatrón de la ciudad, Nuestro Padre Jesús Nazareno, quien también ha sido protagonista de estos actos litúrgicos. La devoción popular ha sido palpable, con numerosos fieles participando en las celebraciones diarias en un ambiente de recogimiento y fervor religioso.
El día de hoy, 13 de enero, ha sido el momento culminante de los actos litúrgicos, cuando ambas imágenes, la Virgen de la Cabeza Coronada y Nuestro Padre Jesús Nazareno, han regresado en procesión al Santuario de la Virgen. La comitiva, que ha recorrido las principales calles de la ciudad, ha sido acompañada por numerosos devotos, que han mostrado su cariño y respeto a las imágenes sagradas. Al concluir la procesión, el Nazareno ha retornado en solitario a su iglesia, situada en la emblemática Plaza de España, donde continuará con su culto y veneración habitual.
Un momento especialmente significativo de la jornada ha sido la presencia de la alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, junto a diversos miembros del equipo de gobierno, en la puerta principal de la Casa Consistorial. Allí, la comitiva procesional ha hecho una parada como saludo institucional, en un gesto que simboliza la unión de la iglesia y el municipio en el marco de esta importante festividad. Este acto protocolario ha sido un reflejo del compromiso de las autoridades locales con las tradiciones religiosas de la ciudad, así como un reconocimiento al profundo vínculo que existe entre la comunidad motrileña y su patrimonio religioso.
Así, Motril ha vivido una jornada de fervor y homenaje, donde la historia, la religión y la devoción popular se han entrelazado en una celebración única que refuerza el sentido de identidad y pertenencia de los motrileños.