Frustración y tristeza bajo la lluvia: una jornada amarga para Granada y sus cofradías
Reportaje Ramón Martín
La ilusión, el trabajo y la devoción de todo un año se han visto empañados por una jornada marcada por la incertidumbre meteorológica y, finalmente, la lluvia. Cuatro cofradías motrileñas —la Hermandad del Vía Crucis, La Esperanza, La Lanzada y La Humildad— se han visto obligadas a tomar la dolorosa decisión de no realizar su estación de penitencia, dejando un vacío en las calles y en el corazón de los cofrades y fieles.
La decepción era palpable. Bastaba con mirar a los rostros de quienes aguardaban en las inmediaciones de los templos, paraguas en mano, con la esperanza de que el cielo diese una tregua. Pero el agua no cesó, y con ella se apagó la posibilidad de ver desfilar por las icónicas calles de Granada los pasos que tanto esfuerzo, fe y dedicación han requerido durante meses.
Para los hermanos y hermanas de las cofradías, el momento ha sido especialmente duro. La Hermandad del Vía Crucis, que abría tradicionalmente la jornada con su sobriedad y recogimiento, fue la primera en anunciar su suspensión. Le siguieron La Esperanza, que cada año convierte la tarde del Miércoles Santo en un canto de fe y belleza; La Lanzada, con su impresionante misterio que este año no pudo alzar la voz de los tambores; y La Humildad, cuyo paso de Cristo cargado de simbolismo se quedó en el interior de su templo.
Pero más allá de la frustración, también reinó la comprensión. El respeto por el patrimonio, por los hermanos, por las imágenes y por la seguridad del cortejo fue prioritario. Las juntas de gobierno, con serenidad y responsabilidad, tomaron una decisión tan dolorosa como sabia.
Granada, que vive con intensidad cada día de su Semana Santa, sabrá levantarse. Porque aunque la lluvia haya impedido la salida de los pasos, no ha logrado apagar la fe, ni la pasión, ni el compromiso de sus cofradías. Ya se piensa en el próximo año, en volver a soñar, a trabajar y a rezar para que las calles se llenen de incienso, de música y de esperanza.