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Dean Wareham ofrece su mejor repertorio en Granada con un viaje nostálgico por su legado musical

Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital)

Bajo el acogedor telón del Teatro CajaGranada y ante un público esectante, Dean Wareham ofreció un concierto que reunió lo mejor de su carrera y confirmó por qué sigue siendo una figura esencial del indie pop contemporáneo. El artista neozelandés, afincado en Estados Unidos desde joven, protagonizó la única parada de su gira europea en la comunidad.

Wareham, acompañado por una banda sobria pero eficaz, desplegó un repertorio que fue mucho más que una simple presentación de su último trabajo, That’s the Price of Loving Me. El músico, con su inconfundible voz de tenor etéreo y su guitarra a fuego lento, ofreció una actuación cargada de nostalgia y autenticidad, conectando de inmediato con su audiencia.

El concierto comenzó con temas de su reciente EP, entre ellos la melancólica ‘Yesterday’s Hero’ y la hipnótica ‘You Were the Ones I Had to Betray’, que sirvieron como carta de presentación del nuevo material. Pero fueron los guiños al pasado los que marcaron los momentos más emotivos. La interpretación de piezas de On Fire (1989), el segundo álbum de Galaxie 500 –banda fundacional del indie alternativo de finales de los 80–, reviviendo recuerdos ligados a aquella época.

A lo largo del espectáculo, Wareham no solo rindió homenaje a su etapa con Galaxie 500, sino que también repasó joyas del repertorio de Luna, la banda que lideró tras la disolución del primer grupo y que llevó su música hacia territorios más afilados, sin perder la elegancia melódica que lo caracteriza. También hubo espacio para rescatar alguna pieza de su proyecto Dean & Britta, cerrando así un círculo artístico que abarcó casi cuatro décadas de carrera.

El Teatro CajaGranada, con una acústica impecable y un ambiente íntimo, se convirtió en el espacio perfecto para este tipo de propuesta: sin artificios, sin necesidad de grandes alardes visuales, solo música pura, emoción contenida y una interpretación honesta, casi confesional.

La actuación, patrocinada por CaixaBank, Cervezas Victoria y CajaGranada Fundación, confirmó que Wareham sigue siendo uno de los grandes cronistas sonoros de la melancolía contemporánea. Y lo hizo con una elegancia que solo los músicos que han sobrevivido a su propio mito pueden permitirse.

Para quienes asistieron, no fue solo una actuación, fue un reencuentro con una voz que acompaña desde hace décadas.