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Un reencuentro bajo presión: así vivió el hijo de Juana Rivas su regreso con el padre

Foto: Enrique Zambrano, abogado de Francesco Arcuri (Ramón Martín)

Por Ramón Martín (Motril@Digital) .- Carloforte, un tranquilo pueblo costero en la isla de Cerdeña, se ha convertido desde hace apenas unas horas en el nuevo hogar del hijo menor de Juana Rivas y Francesco Arcuri. Lejos del ruido mediático que ha marcado su vida en los últimos años, el niño ha comenzado a retomar una rutina junto a su padre. El final de este viaje no estuvo exento de momentos tensos, pero dejó entrever una cierta esperanza.

Desde Motril@Digital quisimos saber cómo se encuentra el menor tras este regreso. Para ello, hablamos con Enrique Zambrano, abogado de Arcuri, quien compartió con nosotros algunos de los momentos más delicados de la entrega.

“El niño está bien, aunque algo cansado. Ha sido una situación muy dura emocionalmente. Vosotros mismos visteis lo que ocurrió el martes: lo empujaron a vivir una escena que ningún niño debería pasar. Pero ahora, aunque aún no podemos hablar de plena normalidad, está tranquilo”, nos contó Zambrano, visiblemente aliviado.

Según relata el abogado, el reencuentro entre padre e hijo, pese a una cierta reticencia inicial, se dio con rapidez y de forma natural. “Al principio evitaba mirar a su padre, se mantenía distante. Pero en cuanto se cruzaron las miradas, todo cambió. Fue muy rápido. La entrega en sí fue breve; lo que más tiempo llevó fueron los intentos de última hora, por parte del entorno de Juana, para impedirla. Presentaron escritos y acciones sin ningún sustento legal”, explicó.

Zambrano sostiene que el menor llegó al encuentro con ideas preconcebidas, un discurso aprendido y hasta visitas médicas de última hora, buscando crear un entorno adverso. “Pero no contaban con que el niño no tiene ningún problema con su padre. En cuanto lo vio y quiso acercarse, fue como accionar un interruptor. Subió al coche, y aunque estaba algo tenso al principio, pronto se relajó. Lo que vimos a partir de ahí fue una relación completamente normal entre padre e hijo”, aseguró.

El abogado también se refirió a la nueva querella presentada por el entorno de Rivas, que calificó como “otro intento desesperado de mantener el conflicto vivo en los medios”. “Han recurrido a todo tipo de acciones judiciales, explotándolas mediáticamente. Nosotros solo hablamos cuando hay resoluciones firmes. Y la realidad es que Juana tiene una condena penal en firme, con un indulto parcial condicionado. Lo demás son intentos sin base, como esta última denuncia, que se basa en grabaciones realizadas en un punto de encuentro y que vulneran los derechos del menor”, dijo con firmeza.

Zambrano advirtió que esta nueva querella podría volverse en contra de quienes la impulsaron. “Si grabaron a un menor en un centro oficial, sin consentimiento y contra las normas, los problemas no los tendrá Francesco, sino quienes hayan participado. Nuestra psicóloga, Pilar Díaz-Martínez, ya ha iniciado acciones legales en ese sentido”.

En uno de sus momentos más duros, el letrado calificó de “bochornosa” la escena vivida el martes a las puertas del punto de encuentro. “Lo que se hizo con Daniel fue maltrato. Las imágenes son muy claras. La Fiscalía debería intervenir de oficio. No se puede permitir que se exponga a un menor así, en un ‘paseíllo’ innecesario, cuando la calle estaba incluso cortada para evitar precisamente eso. Todo fue una puesta en escena”, denunció.

Finalmente, Zambrano compartió una reflexión personal: “Las primeras horas fueron muy difíciles, estuvimos dos horas sin saber nada del niño. Pero en cuanto Juana salió del edificio y Francesco pudo verlo, todo empezó a fluir. Yo no soy psicólogo y no participo directamente en las entregas, pero cuando me dijeron que había sido ‘normal’, me sentí más tranquilo. Fue muy emotivo. Después de tantos años de conflicto, por fin un poco de calma”.