UGR: ‘Cráneos humanos trepanados’, nueva Pieza Destacada en el Hospital Real
El zaguán del Hospital Real acoge desde este lunes, 17 de febrero, una nueva Pieza Destacada. Se trata de Cráneos humanos trepanados, perteneciente a la Osteoteca del Laboratorio de Antropología Física. La pieza estará expuesta hasta el próximo 31 de mayo.
La inauguración está a cargo del rector de la Universidad de Granada, Pedro Mercado Pacheco, la vicerrectora de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales, Marga Sánchez Romero, y la directora de la Osteoteca del Laboratorio de Antropología Física, de la Facultad de Medicina, Inmaculada Alemán Aguilera.
La trepanación es una técnica mediante la cual se realiza un orificio en el cráneo para acceder a su interior. Fue practicada desde muy antiguo por grupos humanos de procedencia geográfica muy diversa, por lo que se asocia a las principales culturas que se desarrollaron en Europa, África del Norte, Asia y América. Los cráneos trepanados más antiguos están datados en el Neolítico, con una cronología en torno al 6000 AC. Actualmente se sigue utilizando como paso previo a la cirugía craneocerebral.
Existen diversos procedimientos para horadar el cráneo, siendo los más habituales la abrasión y el barrenado. En el de abrasión se utilizaba una piedra de cierta dureza para perforar el cráneo, por medio de movimientos repetitivos de avance y retroceso, ejerciendo presión sobre la superficie externa. El orificio resultante en este caso es de forma ovalada. Mediante la técnica de barrenado, se perfora el cráneo rotando un objeto punzante y ejerciendo presión en una misma zona. En este caso el orificio es de forma circular y su diámetro está en relación con el tamaño del instrumento seleccionado. En las trepanaciones más antiguas se utilizaban herramientas líticas, que fueron sustituidas por trépanos metálicos ya desde época clásica.
Es cierto que el hecho de perforar el cráneo nos sugiere un alto grado de peligrosidad; sin embargo, el índice de supervivencia es elevado. Los huesos de la bóveda del cráneo están formados por dos capas muy finas de tejido compacto, entre las que se sitúa una capa de tejido esponjoso que se conoce como diploe. Cuando se practica una sección en ellos y el individuo continua con vida se produce una reacción ósea que tiende a unir los bordes haciendo que el diploe desaparezca; por tanto, los límites de la perforación estarán más adelgazados que el hueso circundante. Si el individuo fallece tras la trepanación, no se produce este proceso de cicatrización ósea y el diploe quedará visible en el perfil del corte.
A través del registro osteoarqueológico se conocen trepanaciones múltiples practicadas en un mismo cráneo, en las que no hay supervivencia y que han sido relacionadas con la práctica de algún ritual mágico-religioso. Aun así, también hay algunas que están asociadas a algún traumatismo previo, lo que parece indicar que fueron utilizadas como medida para intervenir en dicha lesión.
Son muchas las enfermedades que no dejan huella en los huesos, lo que nos limita para profundizar en nuestro conocimiento sobre las medidas curativas adoptadas por las sociedades del pasado y más concretamente sobre la práctica de la trepanación en época prehistórica. A pesar de ello, existen fuentes escritas de época grecolatina y manifestaciones artísticas, que evidencian su utilización en el tratamiento de diferentes enfermedades y son claro reflejo de la preocupación de los grupos humanos por el bienestar y la salud a lo largo de toda la historia