Los Reyes Magos volvieron a reinar en Motril en el mundo de la ilusión arropados por miles de personas
Reportaje Paulino Martínez Moré
La tarde del 5 de enero se vivió en Motril con una emoción y un fervor únicos, cuando la esperada embarcación de los Reyes Magos llegó al puerto pesquero de la localidad. Un momento que marcó el inicio de la tradicional cabalgata y que este año fue recibido con especial ilusión por cientos de niños y familias motrileñas.
La embarcación, que transportaba a Sus Majestades los Reyes Magos, atracó en la dársena de Motril, ante una multitud de niños y padres que aguardaban con ansias la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar. La imagen de los Reyes desembarcando, con sus brillantes ropas y sus coronas doradas, era el reflejo de la magia que inunda la ciudad en la noche más esperada del año.
En el muelle, fueron recibidos por la alcaldesa de Motril, Luisa García Chamorro, acompañada por varios miembros de su equipo de gobierno. La alcaldesa expresó su alegría por compartir este momento tan especial con los motrileños, destacando la importancia de mantener vivas las tradiciones que unen a la comunidad en torno a la ilusión y la esperanza.
Los Reyes Magos, con su habitual generosidad, hicieron su aparición ante los niños y sus familias, quienes no tardaron en acercarse para interactuar con ellos y expresar sus deseos. Los pequeños, con los ojos brillando de emoción, pudieron acercarse a sus Majestades y, como es tradición, recibir caramelos de manos de los Reyes Magos, que no escatimaron en sonrisas y palabras de cariño.
Este año, el puerto pesquero de Motril se convirtió en un escenario lleno de magia, donde la ilusión y el espíritu navideño se desbordaron. La dársena se llenó de risas, voces y una atmósfera festiva que acompañó el desembarco de los Reyes Magos, reafirmando el cariño de la ciudad por una de sus celebraciones más queridas.
Con el pie ya en tierra, Melchor, Gaspar y Baltasar se prepararon para continuar su recorrido por las calles de Motril en olor de multitud llevando con ellos la promesa de una noche llena de magia, sorpresas y, sobre todo, ilusión para los más pequeños. Sin duda, un recibimiento que quedará en la mente de todos los niños, quienes, como cada año, pudieron vivir la tradición en su máxima expresión con un cortejo que brilló desde todos los ángulos.