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Margarita, la perla de Doñana, nace en la granja de Aires Africanos

Matalascañas.– En la cálida tarde que perfumaba el Parque Dunar de Doñana con brisas salinas y aromas de pino, la vida volvió a florecer en la Granja de Aires Africanos. Entre sus senderos de arena y sombra, y ante la mirada curiosa de camellos, llamas, ocas, patos y gallinas, nació una burrita: pequeña, temblorosa y luminosa como un secreto recién revelado por la tierra.

Miguel Maestre, alma y voz de este rincón mágico dedicado al ecoturismo con camellos, anunció su nombre con emoción contenida: Margarita. Un nombre que no sólo evoca la flor sencilla del campo, sino también su sentido más profundo, venido del griego: perla. Porque así ha llegado ella, como una joya oculta que el paisaje, generoso, nos entrega.

Margarita es ahora parte de esta cabaña viva que late con la esencia de Doñana: libre, serena y eterna. Su primer rebuzno se perdió entre los cantos de las aves y el susurro del viento, como una promesa nueva bajo el cielo del sur.