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La Guardia Civil investiga a una persona por manipular el contador de un pozo en una explotación hortícola

  • La Guardia Civil detectó un pequeño imán junto a las aspas de funcionamiento del contador volumétrico de un pozo que impedía la lectura correcta del consumo 
  • La explotación, ubicada en la comarca de Huéscar, en sólo seis meses ya casi había agotado su cupo de extracción de agua anual 

La Guardia Civil, en el marco de la operación Zahorí, ha investigado a un individuo de cincuenta y siete años de edad como presunto autor de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente y otro delito de defraudación de agua.

La Guardia Civil tiene en marcha a nivel nacional una operación para el control de la captación de aguas subterráneas. En el marco de esta operación, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) realizan inspecciones periódicas a los pozos en funcionamiento para controlar que se cumple con lo legalmente establecido. En la provincia de Granada, entre otros pozos, se controlan aquellos ubicados en las explotaciones hortícolas, y fue durante una de estas inspecciones en la comarca de Huéscar en las que los agentes del SEPRONA descubrieron que se había colocado junto al contador volumétrico un pequeño imán envuelto en cinta aislante del mismo color de la pieza donde estaba colocado para evitar que los agentes lo descubrieran.

La Guardia Civil, al llegar al pozo, se dio cuenta de que el mismo estaba en funcionamiento, si bien el contador de agua no se movía. A la vista de que todo indicaba que a pesar de lo que mostraba el contador se estaba extrayendo agua del pozo, inspeccionaron con detenimiento el sistema y descubrieron que las aspas de funcionamiento para el conteo hacían movimientos extraños hacia delante y hacia atrás, lo que impedía al contador volumétrico de registro del agua extraída realizar una lectura correcta. Fue entonces cuando vieron el pequeño imán colocado junto a las aspas.

Cada explotación hortícula tiene un límite anual de litros de agua que puede extraer del pozo del que se surten. Esta explotación, a finales del mes de junio, casi había alcanzado su cupo máximo anual, por lo que mediante este sistema burlaba los controles y provocaba graves daños a los acuíferos subterráneos, además de que tampoco pagaba por el agua consumida y que no se reflejaba en el contador.

Por estos hechos, los agentes de la Guardia Civil del SEPRONA de Huéscar procedieron a investigar a una persona como presunta autora de dos delitos, uno contra los recursos naturales y el medio ambiente y otro de defraudación de agua.