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La flota de arrastre de Motril y Cepesca exigen a la UE presupuestos y medidas justas frente a recortes de pesca

Foto Paulino Martínez Moré

Motril.- La Confederación Española de Pesca (Cepesca) ha lanzado un mensaje claro a Bruselas: el sector necesita que la Unión Europea mantenga un presupuesto sólido y específico para la pesca en el marco 2028-2034. La patronal alerta de que la propuesta actual de la Comisión Europea recorta drásticamente los recursos destinados al sector, pasando de los 6.100 millones del FEMPA a unos 2.000 millones de euros, lo que en la práctica supone un recorte del 67 %.

En paralelo, la organización ha solicitado medidas específicas para el Mediterráneo, donde la negociación de cuotas será especialmente complicada en diciembre de 2026. Cepesca pide que se reconozca el esfuerzo de los 358 arrastreros que han adaptado sus barcos y reclama la eliminación de las cuotas sobre la gamba roja mediterránea.

Las movilizaciones del sector de arrastre en Motril no son de carácter puntual de años anteriores, sino que están vivas y han cobrado fuerza en 2025 con paros, protestas frente a instituciones europeas y adaptaciones forzadas a normativas que el sector considera injustas.

Balance de las movilizaciones y adaptación de la flota de arrastre motrileña (diciembre 2024 – junio 2025)

Entre diciembre de 2024 y junio de 2025, la flota de arrastre de Motril ha vivido un período de intensa presión y adaptación ante las restricciones impuestas desde la Unión Europea, marcadas por recortes de días de pesca y nuevas exigencias técnicas en las artes de arrastre.

El ciclo de movilizaciones comenzó en diciembre de 2024, cuando los pescadores motrileños organizaron protestas frente a las oficinas de la Comisión Europea en Madrid, con el objetivo de que se revisara la propuesta de reducción drástica de días de faena. Estas acciones buscaban visibilizar el descontento del sector y defender la viabilidad económica de la flota.

En enero de 2025, las protestas se intensificaron con un paro indefinido en el puerto de Motril. La flota decidió amarrar sus barcos como medida de presión ante los recortes de días de pesca, coordinándose con cofradías de otras provincias para reforzar la reivindicación.

La situación se complicó en mayo de 2025, cuando se anunció la entrada en vigor de la nueva normativa que exige el aumento del diámetro de las mallas de arrastre de 40 a 45 milímetros, medida que podía implicar hasta un 30 % de pérdida en las capturas. Esta exigencia añadió tensión al sector, que ya sufría la reducción de días de faena y temía impactos económicos significativos.

Para mitigar las consecuencias, en junio de 2025, los pescadores motrileños comenzaron a faenar con las nuevas redes, mostrando una capacidad de adaptación anticipada a la normativa y tratando de reducir el impacto sobre sus capturas. Paralelamente, se proyectó una paralización de la actividad el 4 de junio, como parte de una estrategia de protesta coordinada con jornadas en el Parlamento Europeo, destinada a visibilizar la situación y reclamar medidas más equilibradas.

En conjunto, este período refleja un equilibrio entre movilización social y adaptación técnica: el sector ha combinado protestas y presión política con ajustes prácticos en sus embarcaciones, demostrando resiliencia frente a cambios normativos y restricciones europeas.