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La “ecoansiedad” tiene efectos negativos en la vida de 1 de cada 2 ciudadanos, especialmente entre los más jóvenes 

  • La ansiedad climática se manifiesta más entre los jóvenes, que se muestran más sensibilizados y afectados por la falta de responsabilidad de las generaciones previas.
  • Desde Roll’eat aconsejan integrar prácticas como evitar el uso de productos de un solo uso en nuestra rutina cotidiana. “Poco a poco veremos que es posible vivir sin tanto plástico y envases desechables”.

 El mes de abril de este año ha sido el más caluroso de la historia.  Se han registrado 1,58 °C más que la media de los meses de abril en la era anterior a la industrialización, y 0,67 °C más que la media de abril entre 1991 y 2020, según datos de Copernicus. Con esto, se cumplen 11 meses consecutivos de temperaturas globales sin precedentes, lo que ha hecho que muchos expertos adviertan de que 2024 será, previsiblemente, el año más cálido jamás registrado. 

El impacto de estos datos es devastador para el planeta, pero también para nuestras mentes. Y es que, según datos publicados por The Lancet, un 45% de la población afirma que la preocupación por el clima afecta de forma negativa a su vida cotidiana. A este fenómeno se le conoce como “ecoansiedad” o ansiedad climática, una angustia relacionada con el clima y las crisis ecológicas que está adquiriendo cada vez más importancia.  

Meritxell Hernández, CEO y fundadora de Roll’eat, empresa que nació con la intención de disminuir el impacto medioambiental de los envoltorios para alimentos de un solo uso, explica que “a medida que las personas somos más conscientes de las amenazas globales y el impacto que tiene el calentamiento global en nuestro planeta, la ecoansiedad aumenta”.   

Más preocupación entre los jóvenes 

Los datos de The Lancet indican que el 83% de los encuestados consideran que la gente no ha sabido cuidar del planeta. Es por esto por lo que no es de extrañar que la ansiedad climática afecte más a los jóvenes. Hernández señala que las nuevas generaciones “se muestran más sensibilizadas respecto a este tema, ya que se ven afectadas por la falta de responsabilidad de las generaciones previas. Son conscientes de que serán ellos los que hereden el futuro y deberán dar respuesta a los desafíos que se presenten, por lo que han interiorizado la necesidad de actuar de manera responsable con el medio ambiente”. 

La ecoansiedad, precisamente, se produce cuando se perciben fenómenos como el calentamiento global, la deforestación o el deshielo ante los que, con nuestros recursos individuales, no podemos hacerles frente.  

¿Qué podemos hacer para paliar la ecoansiedad? 

“En respuesta a este desafío”, señala Hernández, “podemos abordar la ecoansiedad tanto a nivel individual como colectivo, fomentando un consumo responsable en nuestro entorno inmediato y generar, así, un cambio progresivo”. 

Desde Roll’eat aconsejan integrar prácticas como evitar el uso de productos de un solo uso en nuestra rutina cotidiana. “Poco a poco veremos que es posible vivir sin tanto plástico y envases desechables”. 

Finalmente, reconocer la importancia de este sentimiento de preocupación es un paso significativo hacia el cambio. “No debemos restar importancia a la ecoansiedad, sino canalizarla hacia el impulso de pequeñas iniciativas que nos ayuden a evolucionar hacia un modelo de sociedad más respetuoso con el medio ambiente”, concluye Hernández.