El Palacio de deportes de Granada se rindió ante la magia amarilla. El Dreamland Gran Canaria se impone al Covirán por 82-97
Reportaje Ramón Martín (Motril@Digital)
El Palacio de Deportes de Granada fue testigo de una batalla que incendió las gradas y dejó a los seguidores granadinos con un sabor agridulce. El Dreamland Gran Canaria, como un ciclón imparable, se impuso al Covirán por 82-97 en una victoria que se forjó a base de coraje, destreza y, por supuesto, de la figura de Caleb Homesley, cuyo nombre resuena ya en la memoria colectiva de los isleños.
El encuentro comenzó con dos equipos dispuestos a mostrar sus cartas desde el primer segundo. Aún con las gradas llenas de entusiasmo, los primeros compases del partido estuvieron marcados por la tensión, las faltas y el ritmo frenético de un juego que ya dejaba claro que sería una guerra de resistencia. El Covirán liderado por un inquietante Noua, no tardó en poner a prueba la defensa amarilla. No obstante, el Dreamland Gran Canaria respondía con igual energía, destacando a un Mike Tobey que, con su habilidad para jugar tanto cerca como lejos del aro, pronto demostró que los canarios no se iban a amedrentar.
El partido seguía su curso con la intensidad a flor de piel, y el Dreamland Gran Canaria no tardó en tomar las riendas. El debut de Mehdy Ngouama, el nuevo fichaje, fue otra de las notas destacadas, aportando frescura y determinación a la escuadra amarilla. Pero no sería hasta el segundo cuarto cuando los canarios demostraron que su juego iba más allá de la suma de talentos individuales. Con un parcial de 2-7 y con Homesley al frente, la ventaja crecía mientras los granadinos intentaban recortar distancias. A pesar del esfuerzo del Covirán, los amarillos se marcharon al descanso con un 38-45 que dejaba la puerta abierta a una segunda mitad llena de emociones.
Al regreso del vestuario, el Dreamland Gran Canaria volvió a dejar claro quién dominaba el tablero. Un inicio explosivo, un parcial de 0-8, acompañado de un triple de Nico Brussino, parecía ser la puntilla. Sin embargo, Covirán Granada no se iba a rendir fácilmente. Mikey Tobey, haciendo honor a su apellido, se convirtió en el pilar sobre el que se cimbraba la esperanza local, pero la maquinaria amarilla seguía bien aceitada. George Conditt IV hizo trizas la defensa de los granadinos con su imponente presencia bajo el aro. El marcador, sin embargo, seguía estrechándose, con un resultado de 55-67 a favor de los isleños al final del tercer cuarto.
Y así llegó el último período, con el destino aún en el aire. Los primeros compases del último cuarto fueron intensos, con un Covirán Granada que apretaba los dientes y acercaba el marcador a un 68-71 que dejó a los aficionados locales con el corazón en un puño. Pero Caleb Homesley no entendía de nervios, y con una determinación feroz, asumió la responsabilidad de guiar a su equipo hacia la victoria. El alero de los canarios anotó nada menos que cuatro triples, con una efectividad brutal que cortó de raíz cualquier intento de remontada. El Palacio de Deportes fue testigo de su exhibición, mientras los locales se veían impotentes ante la magia amarilla.
Al final, el Dreamland Gran Canaria se llevó una victoria más que merecida, con Homesley como el principal artífice de la misma, y dejando una sensación de que este equipo tiene mucho que decir en la temporada.