El Covirán Granada aborda su cuarta temporada en la Liga Endesa con la permanencia como meta y la ilusión por bandera
Reportaje Ramón Martín (Motril Digital)
Granada.- El Covirán Granada se presentó esta mañana ante los medios de comunicación en el Hotel Gran Luna, en un encuentro que sirvió para trazar las líneas maestras de la temporada 2025/26, la cuarta consecutiva del club en la Liga Endesa. Con un tono realista, pero cargado de ilusión, la directiva, el cuerpo técnico y la nueva dirección deportiva insistieron en que el objetivo es asegurar la permanencia, aunque con la mirada puesta en consolidar un proyecto estable y capaz de sorprender en la pista.
El presidente Óscar Fernández-Arenas abrió la comparecencia agradeciendo a los periodistas el seguimiento durante un verano complejo, marcado por el descenso deportivo y la posterior invitación de la ACB: “Queremos dejar atrás lo ocurrido y empezar de cero. Nuestro objetivo puro y duro es la salvación, pero sin perder la ilusión que genera este equipo”.
Ramón Díaz, técnico rojinegro, reforzó ese mensaje y subrayó la ambición de la plantilla: “Competiremos sin complejos contra cualquier rival. Afrontamos el debut frente al Joventut de Badalona convencidos de que podemos hacer un gran partido. El equipo tiene hambre y transmite motivación cada día”.
Por su parte, Eloy Almazán, en su estreno como director deportivo, defendió la importancia de planificar a medio plazo y de asentar un núcleo estable de jugadores: “Queremos construir una base de futuro, adelantarnos al mercado y dar solidez al proyecto”.
En el plano económico, el club mantiene un presupuesto similar al del curso anterior, sostenido por la fidelidad de la afición —con una renovación masiva de abonos—, el respaldo de más de un centenar de empresas colaboradoras y el apoyo de las instituciones. “El Covirán Granada no vive de milagros ni de improvisaciones, sino de la suma del esfuerzo de muchos”, recalcó Fernández-Arenas.
La cita dejó también pinceladas de identidad: la apuesta por una imagen renovada en las equipaciones, el compromiso con la ciudad y la cultura, y la voluntad de que el Palacio de Deportes siga siendo un símbolo compartido por toda Granada.
Con el estreno liguero a las puertas, el mensaje fue unánime: humildad, trabajo colectivo y confianza en un club que ha aprendido de sus errores y que afronta el nuevo curso con la ambición de seguir creciendo dentro y fuera de la cancha

