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El Arzobispo de Granada destaca la necesidad de unidad, compromiso social y protección del patrimonio en su encuentro anual con periodistas

Reportaje Ramón Martín

Monseñor José María Gil Tamayo aborda los retos del mundo cofrade, la restauración de la Catedral y los desafíos sociales, subrayando el papel de la Iglesia en una Granada que busca consolidarse como referente cultural y solidario.

En un momento decisivo para la ciudad, Monseñor José María Gil Tamayo, Arzobispo de Granada, se reunió con los periodistas en la Curia Metropolitana con motivo de la festividad de San Francisco de Sales, patrón de los comunicadores. Durante este encuentro informal, Monseñor Gil Tamayo abordó temas de gran relevancia para la Archidiócesis y la ciudad, desde los desafíos del mundo cofrade hasta la conservación del patrimonio y la atención a los sectores más vulnerables de la sociedad.

El V Centenario de la Catedral y la restauración de su torre, ejes fundamentales

Uno de los temas principales tratados fue la celebración del V Centenario de la Catedral de Granada, un evento que el Arzobispo considera una oportunidad histórica no solo para poner en valor el patrimonio religioso de la ciudad, sino también para integrarlo plenamente en la candidatura de Granada a la Capitalidad Cultural Europea 2031. “Granada tiene un patrimonio único, y la Catedral debe ocupar un lugar destacado en esta candidatura, al igual que lo hará la Alhambra. Si no somos conscientes de esto, ciudades como Toledo o Burgos, con catedrales de gran relevancia, podrían aventajarnos”, advirtió.

Monseñor Gil Tamayo subrayó la importancia de las obras de restauración que se están llevando a cabo en la torre de la Catedral. Esta intervención, financiada en su mayoría con recursos propios de la diócesis, ha supuesto una inversión de 1,2 millones de euros hasta la fecha. El Arzobispo expresó su esperanza de que Granada pueda acceder a fondos públicos, como el 2% cultural, para garantizar la continuidad de estos trabajos. “La recuperación de la torre no es solo una cuestión estética; es un símbolo del compromiso de la Iglesia con la preservación de nuestro patrimonio histórico, un legado que pertenece a toda la ciudad”, destacó.

La situación social: entre el cierre de la residencia de mayores y el traslado de personas sin hogar

El encuentro también abordó temas de carácter social, como el anuncio del cierre, dentro de dos años, de la residencia de mayores gestionada por las Hermanitas de los Pobres. Monseñor Gil Tamayo señaló que la Iglesia está dispuesta a colaborar con las instituciones públicas para encontrar una solución que permita mantener este servicio esencial para los mayores. “No podemos afrontar esta realidad solos. Es necesario un acuerdo entre la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento para garantizar que este edificio, en lugar de destinarse a otros usos, siga siendo una dotación social al servicio de quienes más lo necesitan”, insistió.

Respecto al traslado del centro para personas sin hogar desde el centro histórico hasta la zona de la Cartuja, el Arzobispo criticó las soluciones temporales y abogó por una estrategia integral que garantice la dignidad y la inclusión de estas personas. “La respuesta no puede ser un parche. Necesitamos un enfoque coordinado que vaya más allá de la emergencia, ofreciendo servicios que permitan a estas personas recuperar su autonomía y dignidad”, subrayó.

Tensiones en el mundo cofrade: un llamado al entendimiento y la formación

Monseñor Gil Tamayo también se refirió a la situación actual en el seno de la Federación de Cofradías, marcada por divisiones internas a raíz del cambio en la carrera oficial. Aunque afirmó no tener competencia en estas cuestiones, reiteró la necesidad de consenso y de buscar soluciones que beneficien a todas las hermandades. “Es una contradicción que en el ámbito cofrade haya crispación. Las hermandades deben ser un espacio de fraternidad y comunión, no de división”, señaló.

El Arzobispo anunció que, a través del Vicario de Pastoral, se pondrán en marcha programas formativos dirigidos a los integrantes de las hermandades, con el objetivo de reforzar su compromiso espiritual y social. “No se trata solo de ponerse una medalla o sacar un paso. El verdadero sentido de las cofradías radica en las cuatro ‘C’: culto, cultura, caridad y catequesis. Hay que ir más allá de los aspectos estéticos y trabajar por los más desfavorecidos”, enfatizó.

Un mensaje de equilibrio entre tradición y modernidad

Monseñor Gil Tamayo subrayó la importancia de encontrar un equilibrio entre la tradición y los retos actuales. En este sentido, recordó que celebraciones extraordinarias, como las procesiones magnas o las coronaciones, deben respetar los tiempos litúrgicos y no convertirse en una simple atracción turística. “Las cofradías son mucho más que una fiesta de primavera. Son una expresión de fe y un reflejo de la identidad cultural y espiritual de nuestra ciudad”, afirmó.

Compromiso con el futuro de Granada

El Arzobispo concluyó su intervención destacando el papel de la Iglesia como promotora del diálogo y la colaboración para afrontar los desafíos de Granada. “Nuestra ciudad tiene un potencial inmenso, pero necesitamos trabajar juntos, Iglesia, instituciones y sociedad, para garantizar que este potencial se traduzca en un futuro mejor para todos. El patrimonio, la cultura y la solidaridad deben ser los pilares sobre los que construyamos ese futuro”, concluyó Monseñor José María Gil Tamayo.